La respuesta de Lazcoz no se ha hecho esperar: SOLICITA UNA "DISCULPA INMEDIATA"
"Tenía al señor Azkuna por una persona respetuosa y educada pero sus declaraciones son una enorme falta de respeto" ha señalado el alcalde vitoriano que le pide "mesura" consiguiendo el aplauso de los vitorianos -basta con echar un vistazo a los comentarios de esta noticia-
Pues va a resultar, que el Sr. Azkuna tiene razón: la LEY 1/1980, de 23 de Mayo, de "Sede de las Instituciones de la Comunidad Autónoma del País Vasco" en ninguna parte de su articulado emplea el término "Capital de Euskadi"
¿Es una cuestión del Espíritu de la Ley? ¿Nomenclatura eufemística para calmar las agitadas aguas políticas del momento?
Antonio Rivera (Viceconsejero de Cultura y ex Rector del Campus de Alava) así lo analiza en un impagable artículo publicado en El Correo en 2006 sobre el panorama de los 80.
"La capital de EuskadiEl 23 de mayo de 1980, el pleno del Parlamento autónomo elegía a Vitoria como capital de la Comunidad Autónoma del País Vasco. Aquella decisión marcó los ochenta y los años venideros. Vitoria liberó edificios para la nueva administración: el Palacio de Ajuria Enea para la Presidencia, el viejo caserón del Instituto para el Parlamento; o el nuevo geriátrico de Lakua para el Gobierno vasco. Arrancaba una nueva economía, y Vitoria, recién estrenada como ciudad industrial, recobraba su carácter terciario de antaño. Pero ya no era sólo una capital de provincia, sino de todo un país-región. La nueva administración se nutrió de funcionarios llegados de las otras provincias vascongadas, que animaron la economía local en unos años de dificultades. El pausado incremento poblacional vitoriano y alavés contrastaba con los casi setenta mil habitantes perdidos por la comunidad autónoma. " (sigue)
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Pues tendrá razón, pero es mera semántica. A las sedes administrativas y de servicios oficiales se les llaman capitales. De todas formas, a mi eso no me preocupa y no me siento ni más ni menos ofendido.
ResponderEliminarLo que da cierta grima es esa forma de decirlo, entre burlón y chulesco, que le retrata como lo que es, un alcalde bufón, el Chiquito de la Calzada del botxo, un gixajo de la pradera.
Vamos que a palabras necias, oidos sordos, que este señor no tiene ninguna credibilidad...
Gracias por opinar faidit.
ResponderEliminar:) Las formas no hay que perderlas y en este deplorable caso se han perdido.