Bicicletas: robos, control, alternativas

Hace muchos años, allá  por los románticos 60, en este país, la bicicleta era un regalo tan grande, que era el mejor y único premio de concursos televisivos, el sueño dorado de la chiquillería que fue democratizándose con el avance de los años 80, cuando las navidades repartieron bicicletas. Entonces, en los 60, las bicicletas estaban obligadas a portar una cédula de identificación.

¿Qué se puede hacer con muchas bicicletas, una apuesta institucional por su uso, el robo y los hallazgos de que son objeto?

Hace unos años, no era obligatorio el microchip en los perros, lo que daba lugar a situaciones incontroladas (mordeduras, abandonos, accidentes, etc.) en las que resultaba imposible atribuir la titularidad del animal a nadie, salvo por su expreso reconomiento.
Hoy día, nadie se extraña de la obligatoriedad de esta norma.

Hace unos años, no era obligatoria la matriculación de ciclomotores de cilindrada igual o menor de 49cc con el consiguiente desbarajuste. Hoy, en esta ciudad, a nadie sele ocurre salir a la calle con un ciclomotor sin matricular ¿verdad?

Las bicicletas parecen despertar todo tipo de suspicacias, reticencias y temores varios al hecho de su matriculación.

Una apuesta decidida por la regularización del uso de las bicicletas, con la participación de los usuarios reduciría en gran medida los problemas actuales:

  • 1º Si es obligatorio que la bici esté matriculada, la Policía podrá comprobar en el acto si la bici es robada o no, garantizándose la presunción de inocencia a su conductor. No como ahora, que el conductor de la bicicleta, en ocasiones, debe demostrar su propiedad.
  • 2º Si las bicicletas están matriculadas, se pone fin a la impunidad de aquellos conductores irresponsables que puedan ocasionar algún disgusto, por mor del anonimato.
  • 3º si las bicicletas están matriculadas, el hallazgo de bicis atadas a portales, ventanas o escaparates, remitirá a su titular.
  • 4º Si las bicicletas están matriculadas, se facilita su recuperación en caso de robo.



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1 comentario :

  1. La matriculación es totalmente innecesaria, y es otro paso más para complicar y no facilitar la generalización de su uso como transporte diario.

    Todas las bicicletas vendidas hoy en día disponen de un número de bastidor. Y este debe ser incluído en la factura de compra.

    Esa es, y debería ser prueba suficiente para demostrar legalmente que uno es el dueño de la misma.

    Si no se tiene la factura, pues existe la opción de registrarla en el ayuntamiento, pero de forma opcional.

    Y si la bici es tan antigua que no dispone de número en el bastidor, siempre se puede hacer a posteriori en muchos talleres.

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