No entiendes muy bien lo que pasa y preguntas, tontamente: ¿Pero estás embarazada? (¡Claro, como si hubiera más alternativas!)
Luego, presa de un extraño frenesí y casi ahogada en un mar de dudas, tweeteo:
"¡Rápido un manual para abuelas inexpertas!"
Llueven las felicitaciones (Ya se sabe, esa gente del Twitter que son un encanto) y alguien dice:
"Mimar a la criatura y apoyar a los padres"
Parecía fácil, así que puse manos a la obra: a la espera de la asomada de orejas de la criatura y como los padres eran autosuficientes, sólo le hablé a todo el mundo de la futura abuelez y regalé a los padres un par de libros sobre el tema (para leer o guardar en la estantería).
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